18/9/09

Una muerte sin fin

Todos miraban alrededor, temiendo que alguien descubriera sus verdaderos pensamientos. Se suponía que debía ser un día triste, que todos llorarían, que sus ojos no descansarían de llorar, y en el fondo era una media verdad...lloraban, pero el porqué de sus lagrimas era tan distintos en el interior de cada uno que nadie se podía mirar a los ojos por miedo a ser descubierto el origen de aquel reguero de sentimientos huyendo.
Algunos de aquellos pensamientos eran por solidaridad, otros por egoísmos, tantos otros eran de pena real, pero bien pocos se daban cuenta de la trascendencia de aquel evento.
Sus mentes, en el fondo de su conciencia, sabían sin lugar a dudas que aquello era un día más, la perdida no era tan grave. Todos pasarían por ello, solo que ella tuvo la desgracia de que fue más pronto de lo esperado. Al día siguiente sus vidas no cambiarían seguirían yendo a la escuela o trabajar, seguirían en sus casas, el mundo no dejaba de girar por aquella tragedia, pero nadie era capaz de decir esas palabras en voz en grito porque eso estaba mal.
Eso era puro egoísmo, porque no decir la verdad, porque no gritar al mundo…

- Has muerto ¿Y qué? Todos seguiremos aquí. El mundo no se detendrá, las lágrimas un día cesaran, y tu recuerdo se borrara, serás una sombra vagando en la mente de aquellos que una vez te conocieron. Solo el día del aniversario de tu muerte, que cruel palabra ya que se utiliza para una celebración, será cuando vuelvas a nuestras mentes, pero descuida que eso solo sucederá los primeros años desde que te fuiste porque algún día no volverás a pasear por la mente de aquellos que solo te conocían por amistad. ¿Y sabes cuándo volverás a su egoísta mente? Cuando tengan que contar su triste verdad, “yo he sufrido” dirán “yo perdí a una amiga” que afán de protagonismo, para que todos les digan “pobre, debiste pasarlo mal” ¿y en el muerto quien pensará? Solo aquellos pocos llamados familia cercana, hermanos y padres, nadie más.

Es una triste verdad que nadie está dispuesto a gritar. Pero en este funeral algo era distinto, oh! ya creo que lo fue, porque de la tumba salió el cadáver andante de aquella por la que derramaban sus supuestas lagrimas, y en vez de alegrarse por su vuelta a la vida, la trataron como una muerte viviente, un vampiro venido solo a devorar las almas de los presentes, y sin compasión en su corazón trataron de clavar una cruz utilizada como estaca, y ella huyó, salió corriendo y cada noche apareció donde los asistentes a su velatorio vivían para cazarles uno a uno, y solo a aquellos que sintió que realmente la amaron dejó con vida.

No tardó en llegar al hogar de aquel muchacho que se trató de suicidar. La amaba, ya creo que sí, era su media naranja y sin ella no quería vivir. Sus ojos cristales perfectos parecían, su cara ya pálida estaba, sus venas estaban abiertas desde la palma de su mano subiendo por su antebrazo. La sangre manaba roja como rubís y los ojos de ella desorbitados estaban. Se acercó y miro la cara de aquel chico de pelo negro, sus ojos azules la miraron y sus labios se curvaron en una sonrisa de pura aceptación.
Ella comenzó a llorar, lagrimas de sangre que se unieron a la sangre que del brazo de él se derramaba. Se agacho, con al intención de quedarse a la altura de él, y sus labios posó sobre su laceración, y la sangre bebió. Al instante él murió y a ella el alma se le desgarró. Sobre sus talones giró, dispuesta a salir tal y como había entrado, sin un solo sonido que delatara su presencia.
En aquella silenciosa calma un siseo la alertó, seguido de un gruñido débil y ahogado, volvió a girar para tratar de encontrarse a aquel que creía muerto, y unos brazos la rodearon, como si dos columnas de hielo abrasadoras la atraparan para la eternidad. Unos labios calientes sobre los suyos se posaron, y sin ninguna clase de duda, pues sus mentes conectaron, supo que eran de aquel chico que en apenas 5 minutos aprendió a amar y que pasarían juntos la eternidad.
Así, con un amor inesperado y una situación irreal es como su venganza terminó.

Vampire's Madness

El viento entre ramas arrancaba sonidos a cuevas lejanas. Un lobo solitario aullaba a una luna esplendida, brillante en el cielo oscuro, ni una sola estrella podía hacerle sombra, e iluminaba a cada uno de los pequeños seres que habitaban el bosque. Un bosque que ocultaba a mas de un depredador los cuales estaban enzarzados en una lucha sangrienta ajena a ojos y oídos humanos lo bastante ciegos para no darse cuenta de aquellos seres mágicos que les rodeaban. Los choques que se producían cuando sus cuerpos de hierro chocaban eran ensordecedores, parecían los atronadores golpes que las nubes creaban, eran como verdaderos truenos en la lejanía pero mas cercano de lo que nadie podía esperar. Los rasguños en su piel de hielo parecían los sonidos de árboles arrancados de raíz. La sangre les brotaba de heridas tan profundas que cualquier ser vivo mortal habría perecido bajo tales laceraciones. Pero en cambio de sus gargantas no salía ni un solo gruñido de protesta. La rabia contenida y el deseo de venganza estaba tan a flor de piel que el ambiente se había convertido en una neblina de odio marchitando a las mas bellas flores. La sed de sangre por la muerte de su amada no acabaría con esa batalla. Perseguiría por cielo y tierra a aquellos culpables de que su sueño se evaporara. Jamás perdonaría a los seres crueles que habían cortado las alas a una pequeña mariposa que era bondad, ternura y calor. Le había aportado dicha y cordura a aquel mundo de oscuridad y la habían arrancado de su lado como si de un puñado de hierbas sin importancia se tratara. Agarró, tras muchos zarandeos, el cuello de su víctima con su garra de granito, clavo sus uña, hundiendo los dedos en su carne manchando sus manos de sangre, y de una sola vez arrancó la garganta de aquel siniestro engendro. La oscura mancha que salía de su garganta creaba un charco a sus pies. Volvió a clavar sus zarpas en su pecho para arrancarle el corazón al igual que él había hecho al arrebatarle su querido amor. Lo arrojó al suelo y lo pisoteó sin miramientos, con la oscuridad mas profunda cruzando su mirada, sus ojos grises se habían convertido en mercurio por el fuego reclamando venganza. Y Gritó como nunca lo había hecho a la noche eterna que estaba condenado a vivir en soledad, y el mundo entero se estremeció, la tierra vibró y los animales corrieron desesperados por el terror de aquel aullido de dolor, de tristeza, que prometía muerte a aquellos que osaran ponerse en su camino. Acababan de crear una bestia que nadie podría detener. Un vampiro en su locura de aniquilación.

Chispa de oscuridad

Era un nuevo día, había amanecido y ella se había puesto en pie para seguir la rutina que como cada día ocupaba gran parte de su vida. Pero en esta ocasión volvió a ser consciente del cambio que se había realizado en su interior. Al salir a la calle no pudo controlar la extraña mueca de mediana alegría que dibujo su rostro al sentir el frió recorriendo su piel. Extendió los brazos a los lados, situándolos en cruz y bebió de aquella mañana fría. El cielo estaba encapotado, gris y espeso ocultando hasta el más pequeño resquicio de ese azul que prometía ocultarse tras la gran masa de nubes que había sobre su cabeza. Aquel cielo prometía un día de lluvias que nunca llegarían, de viento frío que inundarían sus pulmones quemando su garganta al abrirse paso. Eso le hinchaba de una satisfacción acogedora. Sus ojos relucían por las lágrimas que sus ojos estaban empezando a crear por el azote del viento en su cara haciendo que sus ojos más claros se tornasen volviéndolos de un verde esperanza que contradictoria mente dejaban ver una chispa de oscuridad, de la oscuridad que su alma sentía al saber que cada día que pasaba poseía un alma más oscura, más corrupta, sus emociones morían a cada paso que daba en aquel presente que le conducían a un futuro de sombras.

Fria

Desde hacia tiempo había notado un cambio en ella. Se sentía distinta a los demás. Mirando a su alrededor podía observar, aun con mayor precisión, los cambios que había sufrido. No solo físicamente, ya que sus ojos eran más claros haciéndolos más sensibles a las luces fuertes, su piel se había tornado cetrina, pálida, fina y de un tono grisáceo con el que parecía enferma. Su cabello tenía más volumen y los bucles se habían vuelto más precisos. Las formas de su cuerpo eran curvas que parecían cinceladas y las prendas se acoplaban perfectamente a su forma. Aun así todo ello no era lo que más le preocupaba. Su actitud también había sufrido un cambio. Era fría y distante, aun con los que más compartía un lazo de amistad, notaba que algo en su interior se había congelado, no se emocionaba con las cosas que antiguamente le arrancaban sonrisas. Las pocas veces en las que sus labios se curvaban en una sonrisa era una mueca grotesca y que dejaba a cualquiera congelado en el sitio. Era tan forzada que solo podía hacer que los demás se sintieran molestos y rieran incómodos como si no hubieran notado dicha expresión, pero lo que más se podía apreciar de su cambio era en aquel invierno, rodeada de gente con grandes abrigos, bufandas, guantes y gorros en el cual ella se sentía cómoda con una camisa liviana, propia de una primavera sofocante. El cambio se había producido en apenas unos meses, poco a poco y sin apreciarlo durante la época de verano y otoño, había dejado de ser la dulce y calurosa chica, para ser la reina de las nieves en persona y el porqué del cambio era un total y completo misterio que le gustaría poder resolver.

Pesadilla

Tuve, hace un tiempo atrás una horrible pesadilla, que aun revivo al leer las líneas que en su época escribí.
Yo iba de vacaciones con mi familia, no sé muy bien donde estábamos pero la casa donde nos hospedábamos estaba situada en el centro de un lago, la única forma de llegar hasta allí desde la orilla era por una barca o por un estrecho puente, de unos escasos 60cm de anchura de madera, no tenia donde agarrarse y se hundía hasta la altura del tobillo cuando ponías un pie sobre él.
Aun no se porque, ni como, pero yo estaba en la orilla y mi familia había subido al barco dejándome sola allí, yo que no quería estar sola fui valiente he intente cruzar el puente, mis pies se mojaron y sentía una gran angustia. Yo continuaba caminando por ese estrecho puente con mi poca estabilidad ayudándome a mantenerme. Cuando iba por el centro un frío y fuerte viento soplo y caí al agua, conseguí agarrarme con una sola mano al puente y cuando, bajo el agua, miré hacia abajo descubrí que me separaban metros y metros del fondo, era tan profundo que (no me digan cómo es posible) unas personas que estaban de visita a unas antiguas ruinas sumergidas se veían tan pequeñas como hormigas. Mi estomago dio un vuelco y me entraron ganas de llorar. Con mucho cuidado logre agarrarme al pequeño puente con mis dos brazos y piernas, era incapaz de volver a levantarme, el miedo me lo impedía, así que arrastrándome por la superficie de madera y abrazándome fuerte al puente conseguí comenzar a moverme, me era imposible avanzar y cada vez que me movía se hundía y sin querer miraba al fondo. No podía llegar a la casa, me era imposible, por más que avanzaba la casa no parecía acercarse así que decidí darme la vuelta, digámoslo así, me rendí y preferí quedarme sola a luchar por alcanzar a la gente que quiero. Desperté cuando llegue a la orilla con el corazón acelerado y con muchas ganas de llorar.
Les contare para que entiendan que sufro de miedo a las alturas tengo pánico al agua, la profundidad del mar me aterra, y los puentes son algo q me asustan tanto que puedo ponerme a llorar al cruzar x uno (los de madera sobre todo)...al escribir esto me di cuenta de algo....me enfrente a todos mis miedos porque lo que mas me aterraba era quedarme sola y acabo de caer en la cuenta de ello.

Arrepentimiento

El contacto frió del cañón presiona mi sien "seguramente deje marca" pensé y entonces con rapidez y sin dudar apreté el gatillo y comencé a notar como la bala se abría paso a través de mi piel, mi carne y yo pensé "He hecho bien? hasta ahora todo me fue mal, todo fue una terrible pesadilla que destrozaba cada centímetro de mi alma, dejando dañado mi corazón, pero sigo pensando, he hecho bien? tal vez mañana era el día, ese día que tanto espero, ese día en el que sería feliz, ese día en el que conocería a alguien y ese alguien me hiciera ver la vida distinta, tal vez esto sea una equivocación, tal vez mañana...aunque ya no tendré un mañana, nunca más lo volveré a tener, nunca mas...puesto que ya he hecho esta acción, ya dispare contra mi cerebro para destruirlo y así que no quede un solo recuerdo de mi pasado, ahora no importa si lo hice bien o no, si mañana conseguiría ser feliz, para mí no hay un mañana, ya no..." la bala empezó a agujerear mi cráneo y sentía su calor en mi interior, "cuan de rápido puede parecer a la vista de otra persona este agonizante dolor, y que despacio pasa cuando te está sucediendo, tantas cosas se pueden pensar en un segundo, tantas se pueden sentir" Ya era tarde para pensar, la bala empezó a destruir mis recuerdos, todo lo que aprendí, todo lo que viví, todo lo que sufrí, este era mi fin...esta es mi muerte.